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EL SENTIDO DEL TRABAJO

Hay ocasiones en que el trabajo es tan alienante, tan inhumano, tan insufrible que el ganar dinero llega a perder su sentido. No estamos luchando, al menos en el mundo occidental, por sobrevivir. Estamos luchando en la mayor parte de los casos, especialmente en el caso de las personas que juegan hasta el punto de poder considerar que tienen un trastorno psiquiátrico, por mantener o mejorar nuestro estado de bienestar, nuestra buena vida.



El problema es que cuando el trabajo no permite desarrollar esa buena vida, porque estamos tan agotados que no nos quedan energías, ni ganas, de dedicarle tiempo y esfuerzo a vivir, a hacer algo con ese dinero, mas allá de comprar cosas, entonces, puede que tomemos contacto con cosas como el juego de azar. Esta actividad requiere en la mayor parte de los casos muy poco esfuerzo para poder ser realizada. Los jugadores, especialmente los de máquinas recreativas, no tienen que pensar demasiado, donde jugar. Por algo será que las máquinas recreativas son las que mas ingresos reportan. No tienen que prepararse para esta actividad, no tienen que contar con nadie, y el esfuerzo empleado para ello es mínimo.
Y lo mejor de todo, es que jugando se puede cerrar el circulo, de forma que la necesidad de dinero que tarde o temprano va a tener el jugador, conseguirá a su vez, que la necesidad de trabajar aumente, junto con la energía y la motivación para hacerlo. Por eso no es extraño que el jugador se de “atracones” brutales de trabajo, especialmente si es autónomo. Tampoco es raro que se sienta extraño en el trabajo, cuando ha conseguido romper el circulo vicioso en el que andaba entrampado. Esa extrañeza, proviene del hecho de que una vez ha pasado un tiempo desde que ha dejado de jugar, la necesidad de tener y manejar dinero, disminuye, y por tanto la energía para trabajar, la motivación, también, con lo que es posible, que si realiza un análisis en profundidad, pueda descubrir que el dinero que ha gastado en juego, lo utilizaba precisamente para poder soportar el trabajo.
Esto es relativamente frecuente, y es fácil de deducir, cuando se descubre que la conducta de juego se realizaba especialmente en días laborables y sobre todo en intervalos o momentos de espera en el trabajo. Por eso, creo que entre los autónomos, especialmente entre los comerciales, este problema es una auténtica plaga.
"Doctor, devuelvame mi depresión, no ve que mis amigos se apartan de mi" Joaquín Sabina.