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CARTA REMITIDA POR LA ASOCIACIÓN PRO SEGURIDAD CIUDADANA DE LIMA (PERÚ)

Transcribo a continuación una carta que nos remiten desde Lima, espero que les sea de utilidad:

LOS ESCLAVOS DE LOS JUEGOS DE AZAR

Quienes hayan estado por Lima – Perú en los últimos años deben haberse creado una cabal idea de la explosión de los juegos de azar en este país. La avenida La Marina, una de las arterias principales de la capital, ha sido tomada sin desparpajo alguno por casinos, tragamonedas y salas de apuestas que poco a poco tratan de adueñarse con sus exageradas luces de neón del corazón de esta capital latinoamericana. Lo que sucede en Lima, tal vez con menos luces de neón y otras variantes, es un denominador común en nuestras ciudades, un denominador que si no es controlado puede desbocarse.
Quiero dejar en claro que este artículo no pretende ser “UNA CRUZADA CONTRA EL JUEGO”.

Es cierto que los casinos y tragamonedas son un excelente negocio, pero para sus dueños; no así para la gran mayoría de sus usuarios, que no solo pierden el dinero invertido sino también su salud.

Como el tabaco, el café y el alcohol, el juego puede convertirse en un objeto de dependencia, en una enfermedad. La ludopatía se ha convertido en un problema de salud pública, que además tiene implicancias en la seguridad ciudadana, y es que por la dependencia que esta genera en sus victimas los termina involucrando en delitos varios, algún robo o estafa por ejemplo. Lo que sea con tal de conseguir el dinero necesario para otra ronda en el tragamonedas, o tentar suerte, -esta vez sí-, con el 21 y el Blac Jack.

La ludopatía es una alteración progresiva del comportamiento por la que una persona siente una incontrolable necesidad de jugar, menospreciando cualquier consecuencia negativa que le pueda ocurrir, en otras palabras deja de ser una forma de placer o diversión para ser una necesidad. Esta enfermedad suele estar aparejada con otras adiciones como el alcoholismo y el tabaquismo que alteran la calidad de vida significativamente en los que la padecen.

Miles de personas no solo han dilapidado sus propios recursos o el de sus familiares, también han destruido sus hogares. Los ludópata son una comunidad que no discrimina, no existen diferencias de sexo, nivel cultural, nivel económico, clase social. Es un “club” abierto a todo aquel que caiga en sus garras.

Y sin embargo, a pesar de la galopante aparición de casinos legales e ilegales o de simples salas de tragamonedas en toda América Latina, aún no se cuentan con cifras exactas acerca de la real dimensión de este problema.

¿Sabemos cuánto gastan por año nuestros ciudadanos en juegos de azar como loterías, carreras de caballos, casinos, tragamonedas u otros? ¿En cuantos países de Latinoamérica la ilegalidad va ganando la batalla a la formalidad en el juego de azar? No existe un cálculo exacto de cuántos ludopatas hay por país. Presumiblemente suman miles de miles los afectados que hoy se enfrentan a la ruina, la desintegración familiar, la destrucción de sus hogares, empresas y empleos, con las consecuencias psicológicas que estas acarrean.

Es cierto que el acto de apostar es una actividad que acompañó a la mayoría de las culturas, entonces ello es intrínseco a la naturaleza humana. Por ello no sería una propuesta exitosa prohibir los juegos de azar. Pero no por esto se debe dejar de vigilarlos al milímetro, que existan legislaciones transparentes respecto a los juegos de azar. Los usuarios deben entender, por ejemplo, que las máquinas tragamonedas son precisas con el cálculo de probabilidades, y siempre arrojarán utilidades. Pero ese es otro tema. Debemos estar muy atentos si tenemos familiares o amigos que acudan regularmente a estas salas de juegos.


En algunos países los políticos sostienen la erradicación del juego pero del dicho al hecho hay mucho trecho en realidad son propuestas coyunturales para la foto sino analicemos que se ha hecho en los últimos años respecto a este negocio. Quiero agregar que en algunos países de Europa no escapan a este flagelo.

El inicio de todo es el obtener dinero fácil mediante el juego, se le suma a ello la codicia que los lleva a la temeridad y de pronto se transforma en ludópatas, por ello habrá que estar atento a los siguientes síntomas:

En algunos se dan patologías físicas como excesivas sudoración en las manos, aumento en la frecuencia cardiaca, sensación de náuseas o mareos.
Se encuentran permanentemente preocupados por el juego, así como el de obtener dinero a cualquier costo para jugar creyendo erróneamente que su suerte estará en la próxima visita a un casino.
Jugar con frecuencia mayor cantidad de dinero y permaneciendo períodos de tiempos más largos en los casinos
Sacrificio de obligaciones familiares, laborales o sociales para poder jugar.
Persistencia en el juego incluso arriesgando dinero que muchos casos no es el suyo.
Necesidad de incrementar la cantidad y frecuencia de las apuestas para conseguir la excitación deseada.
Intranquilidad e irritabilidad en caso de no poder jugar llegando incluso a la violencia.
Conseguir dinero para apostarlo no importando como o donde.
Aumento de las conductas de juego ante dificultades familiares, sociales, o psicológicas.
Cuando no se pueden controlar les da igual apostar 100 soles 100 dólares, 1,000 dólares o gastándose incluso toda su línea de tarjeta de crédito.
Finalmente, que no todo quede en palabra. Debemos empezar acciones concretas para evitar se sigan sumando ludopatas por todo el mundo.

Lima, 13 de Marzo del 2007.



Atentamente,


CESAR ORTIZ ANDERSON
PDTE APROSEC
Email: comunidadesunidasenprevencion@gmail.com
aprosec@hotmail.com
aprosec3@yahoo.com

sábado

CATALUÑA A LA CABEZA DE LA GENERACIÓN DE LUDÓPATAS

Recientemente se ha aprobado en la comunidad Catalana un nuevo tipo de juego de máquinas tragaperras, que además de no funcionar con dinero en metálico, tienen un premio ILIMITADO.
Este sistema solo permite jugar mediante tarjeta de crédito, y la apuesta a realizar también es ILIMITADA dependiendo del crédito disponible. Las máquinas estarán interconectadas por lo que el premio se incrementará con las cantidades jugadas y POR SUPUESTO, perdidas por los jugadores.
A mi modo de ver van a ocurrir varias cosas:
1) Las tasas de prevalencia de juego patológico se van a incrementar en esta comunidad, dependiendo también de la facilidad con que se pueda acceder a este tipo de modalidad de juego.
2) El nivel de deterioro será mucho mayor y mas rápido en los jugadores que accedan a este juego.
3) La gravedad de los sucesos relacionados con las situaciones generadas en las familias con uno de sus miembros implicados en este tipo de apuestas también se incrementarán, así que se verán en esta comunidad sucesos "mas floridos", desde desfalcos, a suicidios.
Espero que la cordura prevalezca y que este tipo de máquinas se encuentren en recintos adecuados para ellas, y no se les ocurra incluirlas en locales públicos, ya sea bares, ya sea en salones recreativos. Si estas máquinas se incluyen en los Casinos, no creo que se agrave el problema, puesto que la esencia de los otros juegos existentes en este tipo de locales, es la misma.
Independientemente de todo esto, reitero: la responsabilidad SIEMPRE es del jugador, aunque al igual que ocurre con otros bienes o actividades de consumo, las instituciones deben de tener un papel a la hora de regular y prevenir las consecuencias sociológicas de la introducción de nuevos productos en el mercado, ya sean antenas de telefonía movil, ya sea una nueva galleta.